Reconectar con tu ser: un viaje interior a través de Focusing
Vivimos en un mundo que nunca parece detenerse. Las demandas externas, los desafíos cotidianos y el ruido constante de la vida moderna nos arrastran, haciéndonos perder el contacto con lo más esencial: nuestro propio ser. Pero dentro de ti, siempre hay un refugio, un lugar silencioso que contiene las respuestas que buscas. Ese lugar es el hogar de tus sensaciones sentidas. No hablo de pensamientos fugaces o emociones superficiales, sino de una sabiduría corporal profunda que espera ser escuchada. Aquí es donde el Focusing te invita a entrar.
Imagina por un momento que tu cuerpo es como un vasto océano. A veces, las olas son suaves, casi imperceptibles; otras veces, rugen con fuerza. Pero debajo de esa superficie cambiante, hay corrientes profundas que mueven todo lo que eres, un flujo constante de conocimiento y verdad. El Focusing te permite sumergirte en esas aguas profundas, donde las respuestas se encuentran dentro de sensaciones que emergen desde lo más hondo de tu ser.
Al iniciar este viaje interior, no necesitas forzar nada. Focusing
no es una técnica que te obliga a descubrir algo, sino que es un
proceso natural te invita a esperar, a hacer una pausa y simplemente
ser. Es como sentarte a la orilla de ese océano, permitiendo que las
olas vengan a ti, confiando en que lo que emerja es lo que necesitas
en este momento. Quizás surja una sensación de peso en el pecho, o
una ligera presión en la garganta. En lugar de tratar de explicarla
o resolverla de inmediato, te sientas con ella, como un amigo que
escucha en silencio. En ese espacio de atención tranquila, esa
sensación empieza a tomar forma, a revelar algo más profundo, algo
que tu cuerpo ya sabía, pero que necesitaba tiempo y espacio para
expresarlo.
Confiar en tu cuerpo es como aprender a escuchar un idioma olvidado. Las sensaciones que surgen no son siempre claras al principio, pero cuanto más las acoges, más comienzas a comprender. Es como abrir las ventanas de una casa oscura, permitiendo que entre la luz y, de repente, todo se vuelve más visible. Las sensaciones en tu cuerpo son puertas que se abren a nuevas partes de ti, a nuevas maneras de estar contigo mismo/a y con el mundo.
El Focusing nos enseña que dentro de cada sensación hay una
semilla de transformación. Esa opresión en tu pecho, ese nudo en tu
estómago, no son enemigos a vencer, sino partes de ti que están
esperando ser escuchadas, para luego transformarse en algo más. Es
como si esas sensaciones fueran mensajeros del alma, trayendo consigo
u
n regalo oculto. Lo que al principio parecía una barrera, de
repente, se convierte en un puente hacia una mayor claridad, hacia un
entendimiento más profundo de lo que realmente necesitas.
Este proceso es un acto de confianza, un salto hacia lo desconocido, pero con la certeza de que tu cuerpo sabe el camino. Focusing no te da respuestas rápidas, pero te ofrece algo aún más valioso: te reconecta con tu propia verdad. Al escuchar sin prisa, sin juicio, permites que tu sabiduría interna se despliegue, como una flor que lentamente se abre al sol.
Hoy, te invito a detenerte un momento. Cierra los ojos. Respira profundo. Deja que tu cuerpo te guíe. ¿Qué sientes en este preciso instante? No intentes cambiarlo ni juzgarlo. Solo siéntate con esa sensación, como lo harías con un amigo que tiene algo importante que decir. Y confía, porque tu cuerpo tiene la respuesta que estás buscando. Está ahí, siempre ha estado ahí, esperando que te detengas lo suficiente como para escuchar.
El viaje hacia adentro es un viaje hacia la libertad, hacia la paz. Permítete sumergirte en el océano de tus sensaciones sentidas y descubre el poder transformador que ya vive dentro de ti. El Focusing no es una técnica; es un camino de vuelta a casa, a tu ser más profundo, donde reside la sabiduría innata que todos/as llevamos dentro.
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