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¿Te has preguntado alguna vez qué pasaría si, por un instante, dejaras de escuchar la voz insistente de tu mente? Esa voz que te empuja a calcular, planificar y resolver. Si solo te detu
vieras... ¿Qué encontrarías en el silencio? Existe un lugar profundo dentro de ti, donde las respuestas no se piensan, se sienten. Un rincón olvidado, donde las sensaciones son el lenguaje más auténtico, y tu intuición, esa chispa que tantas veces has ignorado, cobra vida con una fuerza que sorprende.

Imagina por un momento que tu interior es como un vasto océano. En la superficie, las olas del pensamiento chocan y se entremezclan, a veces turbulentas, a veces tranquilas, pero siempre en movimiento. Sin embargo, es en las profundidades de esas aguas donde habita lo más puro, lo más claro. Ahí, donde el ruido no alcanza, las sensaciones susurran verdades que ninguna palabra podría explicar.

¿Qué pasaría si en lugar de quedarte en la superficie, te atreves a sumergirte en esas aguas profundas? Puede que al principio te inquiete la oscuridad, pero pronto te darás cuenta de que es ahí, en ese espacio misterioso, donde la claridad comienza. Las sensaciones son como estrellas en ese cielo interior, guías que iluminan el camino cuando decides confiar en lo que no puedes explicar con lógica.

No se trata de ignorar la razón, sino de reconocer que hay momentos en los que el pensar no es suficiente. Hay decisiones, experiencias y caminos que solo se pueden recorrer desde la sensación. Cuando te atreves a soltar el control, descubres que el verdadero poder no reside en entender cada paso, sino en sentirlo, en confiar en que esa corriente interna te llevará exactamente a donde necesitas estar.

A veces, creemos que debemos tener todas las respuestas antes de actuar, que debemos controlar cada detalle antes de movernos hacia lo desconocido. Pero en ese intento de control, nos perdemos la magia de lo inesperado, nos desconectamos de lo más auténtico. Lo más profundo en ti no tiene miedo al vacío, porque sabe que es en el vacío donde todo nace.

Así que hoy, te invito a hacer algo diferente: deja de buscar con la mente y comienza a sentir con todo tu ser. Permítete escuchar el lenguaje sutil de las sensaciones, ese que no siempre tiene sentido lógico, pero que siempre tiene una verdad que ofrecerte. Es posible que en esa búsqueda descubras más de lo que jamás habrías imaginado, y lo mejor de todo: no estarás sola/o. Porque en el momento en que te conectas con lo profundo, con ese lugar que todos/as llevamos dentro, es cuando realmente comienzas a vivir desde la autenticidad, desde el ser más puro.

Las respuestas que buscas no están fuera, están dentro de ti, esperando a ser escuchadas. Todo comienza con el simple acto de sentir.

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