Vivimos rodeados de ruido. El tráfico, las voces de la calle, la música de los vecinos, nuestros propios pensamientos, … En medio de todo ello el silencio se ha convertido en un refugio, por eso nos vamos a la naturaleza cada vez que podemos. Necesitamos de ese silencio.
Por otro lado hay quienes no soportan el silencio porque en él precisamente se encuentran con sus propias angustias, sensaciones, miedos, … y necesitan estar rodeados de ruido a modo de evasión que les siga permitiendo seguir adelante sin sentirse.
El silencio no es vacío. Es un espacio lleno de sensaciones, de matices sutiles que solo emergen cuando decides escuchar. Es como una semilla bajo tierra, que parece inactiva, pero dentro de ella late la corriente de la vida esperando florecer.
Cuando te das permiso para entrar en ese espacio, en el espacio semilla, empiezas a notar lo que hay debajo de las capas de ruido. Una tensión en los hombros, una opresión en el pecho, un leve cosquilleo en el estómago, algo que se mueve en el vientre... Cada sensación es un mensaje, una llave que abre puertas hacia lo que de verdad sientes y necesitas.
El Silencio Que Habla: Una Puerta al Autoconocimiento
¿Alguna vez se te ha ocurrido simplemente sentir sin juzgar, sin analizar, ni intentar cambiar nada? Es ahí, en ese clima interior en el que puedes ver y percibir lo que realmente eres, no lo que otros esperan que seas o lo que necesitas ser para que te quieran, sino lo que eres en verdad.
Es en ese espacio donde se conecta con lo más profundo y auténtico de ti. Ahí descubres que el camino hacia afuera —hacia tus metas, tus relaciones, tus sueños— comienza primero con un viaje desde dentro.
El viajer
El silencio no busca respuestas inmediatas. Más bien, te invita a sentarte con las sensaciones y crear ese clima interior que permita emerger las respuestas cual semilla que brota cuando cae en suelo fértil. Y ahí, justo ahí, es cuando te das cuenta de que no necesitas huir de tus sensaciones, porque en ellas yace la semilla de tu propia transformación.
Al final, el silencio no solo es una pausa; es un puente hacia ti mismo, hacia ti misma.
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Te mando un sentido abrazo.
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